¿Podrías imaginarte un mundo en el que te sirvieran un Mojito a temperatura ambiente y sin hielo?, ¿Tomarte una deliciosa limonada (con un poco de Vodka) frente a la playa o en un día de verano sin hielo?, ¿Un Mundo sin Cocteles Granizados?; pues esto era algo normal antes del siglo XIX, donde las bebidas se consumían en su gran mayoría sin hielo. El hielo era un lujo que solo la gente rica podía costear, pues su extracción y el almacenamiento a la temperatura adecuada necesitaba de una infraestructura muy costosa y por esta razón la totalidad de las bebidas se ingerían sin la exquisitez del agua en su estado solido.
La verdad es que existen muchos elementos de nuestro diario vivir que a veces damos por sentado, elementos que creemos que siempre han sido parte de nuestra sociedad y no, muchos de los avances tecnológicos que hoy nos parecen indispensables no llevan más de 100 o 200 años de haberse inventado. La venta y distribución de hielo fue una de ellas.
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Frederic Tudor, El Rey Del Hielo
Todo comenzó en 1806 cuando Frederic Tudor escuchó a su hermano comentar que probablemente podrían ganar mucho dinero vendiendo hielo extraído de los lagos y estanques congelados de Massachusetts.
Frederic Tudor tenía apenas 22 años cuando ideó el plan para cosechar hielo en invierno de los estanques y ríos de Nueva Inglaterra y exportarlo a lugares que por sus altas temperaturas nunca hubiesen podido disfrutar de este ingrediente. El hielo podía ser usado para enfriar bebidas, conservar alimentos y calmar los pacientes que sufrieran de fiebre, entonces Tudor observó una buena oportunidad de negocio.
Cabe recalcar que Tudor no fue el primero en notar el valor del hielo. Los antiguos griegos, romanos, persas y chinos cosechaban y almacenaban el hielo durante el invierno para enfriar sus alimentos y bebidas durante el verano. La idea de Tudor se distinguió por su pura ambición. Vio mercados sin explotar repartidos por todo el mundo y creía que cortar hielo y enviarlo a los trópicos, donde proporcionaría alivio del calor opresivo, lo harían inevitablemente una necesidad.
Al comenzar este emprendimiento Frederic Tudor recibió muchas burlas de personas que pensaban que estaba loco, que iba a ser imposible enviar hielo en viajes que podían durar más de 20 días y que llegaran intactos, todos le auguraban un fracaso en este nuevo negocio. Como muchos de los más grandes éxitos en el mundo empresarial este también fue precedido como sus detractores esperaban, con muchos viajes que terminaron en fracaso, pero él nunca dejó de intentarlo.
Tudor pidió dinero prestado para comenzar la operación, y hasta tuvo que hacerlo para comprar un bote que llevara los primeros cargamentos, pues ningún comerciante quiso encargarse de cuidar ese cargamento tan descabellado.
Ganancias derretidas.
En su primer viaje a Martinica que duro 3 semanas y donde el hielo fue recubierto con heno, el envío sobrevivió en su mayoría, pero al no tener “bodegas de hielo” en el lugar de llegada sus ganancias se derritieron perdiendo consigo 4000 USD.
Luego de este intento fallido preparó otro cargamento, Tudor confiaba en que afinando algunos detalles podría hacer de este un negocio rentable. Al año siguiente envió 240 toneladas de hielo a la Habana y nuevamente no gano ningún centavo; Tudor terminó 2 veces en la cárcel de deudores en los primeros años del negocio, pero apenas salió siguió adelante con lo que había comenzado. Esta vez investigó más sobre los envíos y lo que necesitaba en los puertos receptores para que el negocio floreciera, lo primero que hizo fue recubrir el hielo con aserrín que resultó ser más efectivo que el heno para conservar la temperatura y luego se aseguró de que construyeran “bodegas de hielo” en los puertos a donde el hielo sería enviado. Nuestro chico de Boston consiguió contactos en La Habana y Jamaica creando un monopolio, además encontró el éxito nacional al enviar hielo a Charleston, Savannah y Nueva Orleans.
Tudor promocionó incansablemente los beneficios y usos de su producto, incluso ofrecía a los cantineros hielo gratis para darles a los clientes sus tragos de bourbon y bebidas frías y así engancharlos, pero la carga laboral le provocó ansiedad, agotamiento y un episodio de depresión en 1821.
Nuevo método de extracción de hielo, un nuevo socio de Frederic Tudor.
Después de recuperarse en Cuba, el comercio de hielo de Tudor tuvo un gran impulso que le ayudaría en la eficiencia de la producción y logística de envíos; esto sucedió cuando conoció en 1825 a Nathaniel Wyeth, uno de sus proveedores el cual inventó un cortador de hielo de dos cuchillas tiradas por caballos (como en la imagen siguiente). El Mecanismo marcaba una capa de hielo en una cuadrícula de bloques que fácilmente se podía extraer con barras de hierro. Antes de esta innovación el proceso era laborioso y se necesitaban picos, cinceles y sierras; esto también permitió la producción en masa de cubos uniformes que se podían almacenar de manera más fácil.
Esta nueva tecnología sería puesta a prueba en un viaje realmente complejo, se enviaron 140 toneladas de hielo a la ciudad de Calcuta en la India en un viaje que duraría 4 meses y en el que el cargamento llegaría prácticamente intacto. Fue tanto el gran impacto que generó este cargamento, que en 3 días los residentes de Calcuta mandaron a hacer una bodega de hielo en el puerto para su próximo cargamento.
Luego de esta experiencia Frederic supo que con sus nuevas técnicas podría enviar hielo a cualquier parte del mundo y así fue. El comercio de hielo fue un boom del que Tudor era el Rey, por eso recibió el apodo de “Rey del Hielo”. Antes de la guerra civil, el Hielo llegó a ser el segundo insumo más exportado en USA después del Algodón.
Para 1856, casi 150,000 toneladas de hielo al año viajaban en barcos desde Boston hacia 43 países como China, Australia y Japón. Internamente en USA con la ayuda de los ferrocarriles el consumo llegó a ser mayor que el exportado. En 1862 un bartender llamado Jerry Thomas escribiría la primera guía para bartenders y en todas sus recetas el hielo era un elemento indispensable.
Frederic Tudor murió en a la edad de 80 años y fue uno de los primeros millonarios de USA, y fue el culpable de que el hielo se convirtiese en una necesidad y dejase de ser un lujo.
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Para que veas la importancia del hielo, debes ir a nuestro artículo sobre Cocteles Granizados.
Así que ya sabes, la próxima vez que tomes un Bourbon en las Rocas, un Negroni o cualquier otro cóctel bien helado recuerda que fue gracias a un loco soñador.
¡SALUD!
Detrás de cada invención, y logro hay mucho sudor y lágrimas,por eso dicen que el éxito es el resultado de mucho esfuerzo,bien por esa lección de perseverancia!!